Casa de Ayu-chaaan~!

Abre la puerta y la cierra cuidadosamente, mira hacia los lados. Su casa estaba igual que como la había dejado. No era demasiado grande, tal vez algo pequeña, pero lo suficientemente espaciosa como paro que yo pueda ser feliz. Deja sus zapatos en una cajonera y camina con sus calcetines hasta su dormitorio. Esa era la parte más desordenada de su casa; Figuritas de animes por todos lados, alguno mangas por los suelos, posters sobre su cama, la mesa del ordenador llena de paquetes de papas - Si... tal y como la dejé - Suspira. Camina hacia la ventana de su cuarto y asoma por ella. Nadie, no había nadie a estas horas de la mañana. Ver ese paisaje desierto le transmitía mucha paz, era algo que no podía hacer siempre, ya que por allí pasaba mucho trafico. Recordó que debía ordenar su cuarto y se giró, recogió los papeles de papas y se puso a colocar las figuritas.

-toco la puerta esperando a que alguien me abra-

Se acerca lentamente a la puerta con sus pies escondido entre los blancos calcetines. Sus pasos eran suaves, no emitían ningún sonido. Al llegar a la puerta la abre y observa, la brisa del exterior movía el kimono que ahora lucía, los kimonos que le hacía su abuela. Ve que era Hidaka.
-¿Quieres pasar?-.
Vuelve a entrar a la casa.
-Deja tus zapatos a la entrada-.
Susurra lo suficientemente audible para que lo oiga.
-Gomen por presentarme así, estaba recordando cosas del pasado xD-
Se para y se gira levemente esperando a que el visitante entre.


((La casa es tradicional y algo antigua excepto su habitación en la cual abundan CDs, animes, mangas, posters...))